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URRESTI NO RENUNCIÓ

“Si la política del partido es salir corriendo cuando las cosas no te van bien, que carguen con sus culpas quienes nos han puesto en esta situación”.

Daniel Abugattas

Publicado: 2016-03-13

Daniel Urresti —a pesar de todo lo sabido por él— ha debido merecer respeto por parte del partido nacionalista, no es justo que haya sido sacado de la carrera electoral no por su propia decisión sino del mismísimo presidente de la república Ollanta Humala y de su esposa, la presidente del partido nacionalista, Nadine Heredia. Urresti no renunció, él mismo lo dijo (viernes 11 de marzo) con un aire a reclamo: “He dejado hasta la última gota de la campaña. Si para retirar al partido de la candidatura en el JNE se requiere que yo lo diga, que yo lo firme, no lo voy a hacer. Yo estoy representando a las bases nacionalistas, jóvenes en su mayoría, que pueden dar mucho por el país. No los voy a dejar colgados”.  

A Urresti se le botó de la manera más baja, sin avisarle que ya el 9 de marzo en una reunión pedida por Nadine Heredia, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Nacionalista del Perú —conformado por el propio presidente del Perú, Ollanta Humala, los congresistas Víctor Isla, Ana María Solorzano y Fredy Otárola y la personera legal Cynthia Montes— decidió retirar la candidatura presidencial de Daniel “el león” Urresti. Lamentablemente lo expectoraron de la manera más sucia, como si fuera una basura desde ya desagradable. La “Cúpula Nacionalista”, como ahora le llaman algunos, ha demostrado que está sobre todas las cosas porque no sólo han tachado la candidatura presidencial y toda su plancha, sino también a todas las listas congresales, es decir no va nadie. Ha vulnerado el derecho de todos aquellos que han querido participar en las elecciones, ni siquiera se le consultó a nadie, no hubo aviso alguno, ni tampoco rumores. Por eso es entendible la molestia estricta de Daniel Abugattas, quien a pesar de no ser de mi “bando político”, considero que es un digno representante del nacionalismo. “Si la política del partido es salir corriendo cuando las cosas no te van bien, que carguen con sus culpas quienes nos han puesto en esta situación”, fue lo que dijo el actual congresista. Pero remató, con este pintoresco augurio que le depara al partido de Ollanta y Nadine: “Ellos se han convertido en un partido de extrema derecha. Tendrán que hacer su estatuto, su carrera. Les deseo el mejor de los éxitos”.

Parece inverosímil que esto esté sucediendo en las huestes nacionalistas, pero es algo que ya se venía venir. El Partido Nacionalista del Perú es la cuna de los personajes políticos que se mueven por intereses propios —acuérdense de todos los congresistas que aún le quedan, acuérdense de los que “abandonaron el barco”— eso explica del porqué de tanto conflicto interno, tanta desazón entre ellos. El nacionalismo ahora es la culminación de una metamorfosis ideológica compartida, que cambió “el amor por el Perú” por el amor a la vestimenta de marca. El partido de gobierno se ha vuelto la hambruna luego de haber estado llenando sus buches con la esperanza de la gente. Lamentablemente el partido pagó el precio de ser una agrupación nueva, el poder los embriagó y les hizo creer en la superioridad de poder hacer y deshacer cuando se quiera, ese mismo poder crear y destruir por parte de los Humala-Heredia destituyó a Urresti de su candidatura para salvar su inscripción partidaria.

No es nada creíble la historia que han montado para justificar la salida de Daniel Urresti y de toda la plancha congresal. Decir expresamente que se retiran porque no se fían de las elecciones al no ser nada transparentes debido a lo que está sucediendo en la coyuntura política, es una completa falacia. No contento con esa explicación del porqué de las destituciones, echan la culpa al JNE y a los JEE. “El JNE ha estado actuando con mucha torpeza, se complicó la postulación de los candidatos nacionalistas”, fue lo que dijo Fredy Otárola. Pues esta historia contrasta con lo declarado por la nacionalista Ana María Solorzano, quien hace unos días sostuvo estar preocupadísima porque el Partido Nacionalista no pase la valla electoral del 5% en estas elecciones del 10 de abril. “No vale la pena perder la inscripción” fue lo dijo a la prensa pero traducido al buen cristiano esas palabras significaron esto: Ni loca arriesgo mi curul por la culpa del impopular de Daniel Urresti. Pero Solorzano no fue la única congresista nacionalista que le ha tirado la piedra a Urresti, también el legislador Agustín Molina manifestó que próximamente se retiraría la candidatura de Urresti.

Es bien difícil creerle algo al nacionalismo, tantos escándalos han mellado en la credibilidad del partido de gobierno. Humala se ha dedicado a dinamitar su propia imagen. Llegó como un presidente de perfil militar, o sea serio, y terminó siendo el presidente “saco largo”. Fue un “outsider” y se convirtió en el más “insider”. Su gobierno es la muestra de cómo gobierna el oportunismo egoísta. Por esa razón el nacionalismo está destinado a morir en la menor proximidad posible. Ollanta perdió una valiosa oportunidad de institucionalizar un partido con el grado de calificación de un buen gobierno. Lamentablemente para el nacionalismo, Humala se ha comportado como uno de los más inestables presidentes que haya tenido el Perú en su historia. Nadie olvida este gobierno, donde el segundo vicepresidente fue acusado de tráfico de influencias, donde la primera vicepresidenta es la actual candidata al congreso por otro partido, donde la primera dama está investigada por lavado de activos, donde el presidente de la república podría ser investigado por corrupción al presuntamente haber recibido 3 millones de dólares por parte del brasileño Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años y 4 meses de prisión por los delitos de lavado de activos, corrupción y asociación criminal.

Tuvo razón Urresti al afirmar que sus enemigos están dentro de su mismo partido, pero tendría aún más razón si llegara a la conclusión de que su candidatura desde que nació estaba muerta y destinada al fracaso. La historia de la candidatura de Urresti es un tanto cómica, primero se inscribió al partido nacionalista, luego lanzó su ambiciosa precandidatura por el nacionalismo, pero fue sacado posteriormente por el caso de Bustíos —que se debería ya resolver, la justicia debe primar— e instantáneamente se lanza la candidatura del “entrañable” ex ministro Milton Von Hesse, pero esa candidatura improvisada se desinfló, Milton renunció y nuevamente Urresti apareció para ser el “flamante” candidato presidencial. Tiempo después para mal de Urresti no soportó que su jefa defienda la candidatura de Julio Guzmán, emplazando públicamente Urresti a Nadine que apoye su candidatura. No contento con la poca ayuda que recibe de nacionalismo, aseguró que no es el títere de Nadine, apodándose como el “león” en honor a su trabajo solitario contra viento y marea. En su exceso de rabia y desconsuelo, el exministro del interior afirmó que de ser presidente apresaría a la pareja presidencial de ser culpables en algún delito cometido en el actual gobierno. Después de este suicidio verbal por parte Urresti, comenzaron las habladurías de la preocupación de no pasar la vaya electoral, para luego ser sacado de la contienda electoral por Ollanta Humala y Nadine Heredia.

Pasada esta abrupta y traicionera destitución del puesto de candidato a Daniel Urresti, a esté sólo queda hacer uso de ese “cachoso” sentido del humor que posee y hacer frente a esa adversidad que ya se veía venir si es que uno realmente se daba cuenta de lo que pasaba en el partido nacionalista. Ahora quedan menos postulantes a la presidencia del Perú. Actualmente ya están fuera 5 candidatos: César Acuña, Julio Guzmán —aún está por verse su recurso extraordinario, su último “manotazo de ahogado”, esperemos que se resuelva rápido— Felipe Castillo, Renzo Reggiardo y el más actual Daniel Urresti. De los 19 candidatos sólo quedan 14 y esa depresión de candidaturas presidenciales demuestra la poca institucionalidad para ejercer política, la poca seriedad para respetar procesos, el oportunismo desenmascarado y la poca importancia de respetar la ley. Cada escándalo más en la política es un paso para atrás en el camino que se sigue para llegar a la verdadera democracia.


Escrito por

Neo Esteves

Poeta y opinólogo @esteves_neo


Publicado en

Tres Veces Seis

Política, y si alcanza el tiempo: algo más.